Los evangelios dicen que Jesús hizo parte de su ministerio y muchos milagros en la orilla de un lago situado en Galilea.
Lago de Galilea
El Lago Galilea (a veces llamado Lago Tiberíades o Lago Kinneret) se encuentra dentro del Valle del Rift del Jordán, una estrecha depresión que comenzó a formarse cuando la Placa Arábiga se separó de África hace decenas de millones de años. Es un lago de agua dulce a 209 metros bajo el nivel del mar, ubicado en el noreste de Israel, al norte del Valle del Jordán y en la costa de la ciudad de Tiberíades. Su cuenca incluye áreas de Israel, Siria y Líbano. Los cristianos lo consideran escenario de varios pasajes de la Biblia, incluido el de Jesús caminando sobre el agua.
El Mar de Galilea es el único lago natural de agua dulce de Israel. El área es de aproximadamente 164-166 kilómetros cuadrados, la longitud es de 20 a 21 kilómetros, la más ancha es de 12 a 13 kilómetros y el volumen es de 4 kilómetros cuadrados. Su punto más profundo se ubica en el noreste, 44-48 metros, con una profundidad promedio de 25,6-26 metros. Está abastecido por manantiales subterráneos y principalmente por el río Jordán. El río pasa por el lago y continúa hacia el sur durante aproximadamente 39 kilómetros. Otras pequeñas masas de agua, como los arroyos de los Altos del Golán descargan en él su agua desde las colinas de Galilea. Hay muchas llanuras de inundación pantanosas alrededor del lago que en el sur se han convertido en tierras de cultivo, mostrando un precioso color verde brillante.
Desde la antigüedad, la pesca ha sido una actividad económica básica en el Mar de Galilea. El territorio judío apenas tenía salida al mar. El mar muerto no era apto para la pesca, y de la extensa franja de Gaza y la costa mediterránea hasta Fenicia, ninguno de los puertos pesqueros importantes permaneció bajo influencia judía por mucho tiempo. De Gaza Maiumas, Antedón, Ascalón, Asdod Paralios, Jamnia Paralios, Jope, Apolonia Sozusa, Cesarea Marítima y Dora, tan sólo Jope se puede considerar un puerto judío, pues en el resto sus habitantes son casi todos griegos o gentiles. Por ello, en Jerusalén, la llamada puerta de los Peces (Neh 3,3) era llamada así porque solía ser el lugar donde los mercaderes fenicios de Tiro y la costa fenicia solían vender su producto.
Todo esto provocó que el mar de Galilea, el pequeño lago de agua dulce de la región, se convirtiera en un centro industrial de la pesca de gran importancia para el mundo judío, pues se prefería el pescado capturado por pescadores judíos, que se garantizaba que cumpliría con los preceptos rabínicos de pureza alimentaria y evitaría los peces llamados impuros, frente al pescado por los pescadores gentiles. Al mar de Galilea, en tiempos de Jesús, también se le llama «mar de las tariqueas», pues tenían fama mundial los productos derivados de la desecación del pescado producidos en el lago.
Iglesia del Mar de Galilea
Pocos lugares de Tierra Santa acercan con tanta inmediatez al Nuevo Testamento como el mar de Genesaret, en Galilea. En otros sitios, después de dos mil años de historia, la topografía se ha transformado radicalmente: se han edificado iglesias, santuarios y basílicas; algunas se han destruido, reconstruido de nuevo, ampliado o restaurado; muchas aldeas y pueblos se han convertido en populosas ciudades, mientras otras han desaparecido; se han trazado calzadas, carreteras, autopistas…
En cambio, en el lago, aunque sus alrededores no son ajenos a estas variaciones, el paisaje se mantiene casi inalterado; su contemplación, que recrea la vista y relaja el espíritu, llena el alma de una sensación intraducible: el recuerdo de Jesús y el eco de sus palabras, que aún parecen resonar en estos parajes, hacen trascender el tiempo presente.
Se trata de un paraje situado a tres kilómetros al oeste de Cafarnaún, que se extiende por unas pocas hectáreas desde la orilla del lago tierra adentro, hacia las colinas que lo rodean. El nombre parece una derivación árabe del original bizantino Heptapegon, que significa en griego “siete fuentes”: se debe a los manantiales que existían entonces, y que siguen activos todavía hoy.
Según la tradición de los cristianos que habitaron aquella zona ininterrumpidamente desde los tiempos de Jesús, allí habría multiplicado los cinco panes y los dos peces para dar de comer a una multitud (Cfr. Mt 14, 13-21; Mc 6, 32-44; Lc 9, 12-17; Jn 6, 1-15); allí habría pronunciado el Sermón de la Montaña que comienza con las Bienaventuranzas (Cfr. Mt 5, 1-11; Lc 6, 17-26); y allí se habría aparecido a los Apóstoles después de resucitado, cuando propició la segunda pesca milagrosa y confirmó a san Pedro como primado de la Iglesia (Cfr. Jn 21, 1-23). Apenas unos cientos de metros separan los tres lugares donde se sitúan estos episodios de la vida del Señor.
Algunos documentos a partir del siglo IX lo denominan indistintamente ‘Mensa, Tabula Domini’, de los Doce Tronos o de los Carbones, nombres todos que rememoran aquella comida tras el milagro.
Por un testimonio de la Edad Media, sabemos también que el templo que allí se elevaba estaba dedicado en particular al Príncipe de los Apóstoles: «al pie del monte está la iglesia de san Pedro, muy hermosa pero abandonada», afirma el peregrino Saewulfus en 1102 (Saewulfus, Relatio de peregrinatione ad Hierosolymam et Terram Sanctam). Tras diversas vicisitudes, fue definitivamente destruida en 1263.
La actual iglesia Mar de Galilea, levantada por los franciscanos en 1933 sobre los cimientos de la antigua capilla, se llama iglesia del Primado para recordar el sitio donde Jesús confirmó a Pedro como pastor supremo de la Iglesia: “Cuando acabaron de comer, le dijo Jesús a Simón Pedro: -Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
Le respondió: -Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Le dijo: -Apacienta mis corderos. Volvió a preguntarle por segunda vez: -Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Le respondió: -Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Le dijo: -Apacienta mis ovejas. Le preguntó por tercera vez: -Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez: «¿Me quieres?», y le respondió: -Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te quiero. Le dijo Jesús: -Apacienta mis ovejas” (Jn 21, 15-17).
Nazareth de Galilea
Sus primeros seguidores fueron llamados Nazarenos y aún hoy los términos empleados en hebreo y árabe para designar a un cristiano – “Notzri” y “Nazrani”– se piensa que derivan del nombre de la ciudad, al igual que Jesús es llamado muchas veces Jesús de Nazaret.
Sin embargo, el origen de la palabra ha sido tema de controversia durante mucho tiempo. Desde el siglo IV, los estudiosos han señalado el libro del profeta Isaías como la fuente probable de dicho término, pues Isaías habla del vástago del Rey David y vástago proviene de la palabra hebrea “netzer“.
Gracias a las investigaciones arqueológicas, hoy sabemos que la existencia de Nazaret se remonta al segundo milenio antes de Cristo y que en el siglo VIII a. C. allí se asentó una comunidad agrícola que pervivió hasta el siglo II d. C, que se caracterizaba por estar compuesta de viviendas estrechas, muy sencillas, excavadas total o parcialmente en la roca.
En este emplazamiento se han localizado vestigios de culto cristiano anteriores a la época bizantina, en torno a dos núcleos cristianos: la casa de María y la casa de José, en donde se han encontrado sendos baptisterios. En el emplazamiento de la casa de María se construyó una iglesia en el siglo V y que fue destruida por los hebreos en el año 614. Si a esto le unimos que el año 722 estaba bajo dominio musulmán, estaba muy lejos de poder ser reconstruida.
Pero comenzaron las Cruzadas y Tancredo conquistó Nazaret y construyó una basílica, que será convertida en Catedral en el año 1109 y que en 1187 volvió a caer en manos de los musulmanes. En 1240 fue recuperada por los cristianos, pero poco después, en 1263, fue destruida por el gobernador musulmán Baybars tras haber ordenado la muerte de varios cristianos.
En 1620 los franciscanos obtuvieron permiso para instalarse en Nazaret para custodiar el lugar de la Anunciación. En 1955 se erigió la Basílica actual.
En la actualidad la condición del lago se ha vuelto cada vez más frágil. En las últimas dos décadas, el nivel del agua ha caído drásticamente, alcanzando casi el nivel más bajo de la historia en 2018. Menos agua hace que el lago sea más salado, haciéndolo menos viable como fuente de agua potable. Estos cambios también amenazan a las poblaciones de peces y fomentan la proliferación de algas problemáticas.
Comprender la caída de los niveles de agua y encontrar formas de mantenerlos estables es el tema de mucha investigación en el área. Las razones de la disminución incluyen la falta de lluvias, el aumento del uso de agua en los tramos superiores del Líbano, las temperaturas más altas (que aumentarán la evaporación) y la expansión de las tierras de cultivo y las áreas irrigadas alrededor del lago.
Pero, siendo o no creyente, este lago de mediano tamaño y situado bajo el nivel del mar, tiene una magia especial, no puedes dejar de visitarlo.