A una hora y media de Lisboa, dio lugar a una de las apariciones de virgen en Europa, concretamente en el santuario de Fátima, uno de los santuarios marianos europeos, que más peregrinos recibe al año.
La Virgen de Fátima, también llamada Nuestra Señora del Rosario de Fátima es una advocación de la Virgen María. Este centro mariano de peregrinación evoca las apariciones de la Virgen a los tres pastorcillos, Lucia, Francisco y Jacinta, que se produjeron en 1917 y se reconocieron en 1930. El lugar era una propiedad rural llamada Cova de Iría y pertenecía a los padres de Lucía, quienes la donaron al santuario. Fue aquí donde tuvieron lugar cinco de las seis apariciones.
Primera aparición de Fátima
El año 1917 fue especial. Europa estaba en guerra. El domingo 13 de mayo, en un pueblo escondido de la Serra do Aire en el centro de Portugal. Tres niños, Lucia dos Santos y sus hermanos Francisco y Jacinta, estaban jugando mientras cuidaban de un rebaño, en un terreno del padre de Lucia.
Hacia el mediodía, después de asistir a misa como de costumbre, ven dos fenómenos luminosos, como dos relámpagos y luego una hermosa Señora más resplandeciente que el sol
– «¿De dónde sois, Señora?»
– «Soy del Cielo».
Así empezó la primera conversación entre la Virgen y Lucia.
Esta, fue la primera aparición de la Virgen de Fátima
¿Cuántas apariciones hizo la virgen de Fátima?
Serán seis las apariciones que tendrán los tres pastores hasta octubre: siempre en día 13, excepto en el mes de agosto, cuando del 13 al 15 son retenidos por autoridades del pueblo. Igualmente, la Virgen de Fátima aparecerá ante los tres niños el día 19.
En octubre de 1930, el obispo de Leiria declara las visiones dignas de fe, autorizando el culto a Nuestra Señora de Fátima. En todas sus apariciones la Virgen hizo un especial énfasis sobre el rezo del Rosario, y les pidió a los niños que cuando lo rezaran, después de cada misterio dijeran:
‘‘Oh Jesús perdónanos por nuestros pecados,
líbranos del fuego infierno y lleva al cielo a todas las almas,
especialmente las más necesitadas de tu Divina Misericordia’’.
La Virgen también pidió la construcción de una capilla en el lugar de los hechos, hoy el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima.
Los 3 pastorcillos contaron que la Virgen también les había hablado de la muerte prematura de sus dos hermanos pequeños y les dijo que Lucía permanecería en la tierra durante mucho tiempo. Y así fue. Francisco y Jacinta, murieron entre el año 1919 y 1920 de gripe. Lucía ingresó en el orden de las Hermanas de Santa Dorotea en 1925 y en 1948 pasó entre las Carmelitas del convento de Coimbra, donde permaneció hasta su muerte en 2005.
Miles de peregrinos comenzaron a llegar a Fátima apenas se extendió el rumor de las apariciones de la Virgen. El 13 de octubre, una multitud de hasta 100 mil personas, entre ellas numerosos periodistas, presenciaron el «milagro del sol».
Esta era una señal que había sido anunciada por la Virgen María, después de una lluvia torrencial que empapó el suelo y la ropa, el cielo se abrió y vieron como el sol cambió de color, tamaño y posición durante unos diez minutos. Después de lo acontecido, la ropa y el suelo aparecieron repentinamente secos.
Fue la última aparición de la Virgen de Fátima.
El Papa Pío XI concedió el 1 de octubre de 1930 una indulgencia plenaria especial a los peregrinos de Fátima. Años más tarde, en 1942, Pío XII consagró la humanidad al Inmaculado Corazón de María.
Además, el Papa Juan Pablo II visitó personalmente el lugar de las apariciones en tres ocasiones. Una de sus visitas más relevantes fue cuando le entregó a la Virgen la bala con la que le habían disparado en la Plaza San Pedro. Para Wojtyla fue la Virgen de Fátima quien le salvó la vida en el ataque del 13 de mayo de 1981
También, Benedicto XVI visitó personalmente el lugar de las apariciones y consagró a todos los sacerdotes al Inmaculado Corazón de María.
Más recientemente, el Papa Francisco consagró su pontificado a la Virgen de Fátima y en mayo del 2017 visitó el Santuario para conmemorar los 100 años de las apariciones.
Llegando al Santuario, al entrar en el Recinto de las Oraciones, en uno de los extremos se puede ver la Basílica de la Virgen del Rosario de Fátima, con su gran torre de 65 metros. En el centro se encuentra el monumento al Sagrado Corazón de Jesús y, en uno de los lados, la Capilla de las Apariciones, en el mismo lugar en el que la Virgen pidió a los pastorcitos que se construyese una capilla.
La Basílica fue construida según un diseño del holandés Gerardus van Krieken y el arquitecto João Antunes prosiguió su construcción. La primera piedra fue bendecida el 13 de mayo de 1928 y la iglesia dedicada el 7 de octubre de 1953. Al año siguiente, el Papa Pío XII le concedió el título de basílica.
El estilo arquitectónico y decorativo es muy sencillo. En el interior pueden verse 14 altares laterales dedicados a los misterios del Rosario. Las vidrieras y pinturas que adornan la iglesia son de João de Sousa Araújo, datan de 1967 y representan escenas alusivas a la vida de Nuestra Señora, a las Apariciones y al Mensaje de Fátima. Las de la capilla mayor, que representan a los Evangelistas, la Aparición del Ángel y escenas de Peregrinación, fueron creadas por una sociedad madrileña. A la parte derecha del transepto, el del Evangelio, se encuentra la tumba de Francisco, fallecido en 1919. Al lado izquierdo, el de la Epístola, se ve la tumba de Jacinta, fallecida en 1920; a su lado se encuentra la tumba de la hermana Lúcia, que falleció en 2005. Francisco y Jacinta fueron canonizados en el Santuario de Fátima el 13 de mayo de 2017 en la Peregrinación Internacional Anual del Centenario de las Apariciones, presidida por el Papa Francisco.
También destaca el órgano de fabricación italiana que data de 1952 y está formado por 152 registros y cerca de 12 000 tubos.
El santuario de Fátima y el relato de las apariciones ha supuesto una ayuda para muchas personas. A lo largo del siglo XX los católicos de Europa han acudido especialmente a Fátima para rezar por la paz y la reconciliación en el continente.