La Orden de los Franciscanos nació en Europa en el año 1209. Fue fundada por San Francisco de Asís como una orden mendicante que, a través de la realización de un voto total de pobreza, renunciaba a todo tipo de propiedad, colectiva o individual.
El vínculo de los franciscanos con Tierra Santa tiene raíces antiquísimas y llenas de significado especial. El mismo San Francisco en 1219, para llegar a Egipto, desembarcó en San Juan de Acre, pensando poder llegar después hasta Jerusalén. S. Francisco no consiguió llegar, pero sentó las bases de la presencia franciscana en los santos lugares y que ha sido providencial a través de la historia . Los franciscanos tienen y han tenido una sensibilidad especial para con los lugares donde Cristo pasó su vida terrenal. En el año 1217 en Asís, se instituyó la Provincia de Tierra Santa, que inicialmente comprendía todos los países de la cuenca oriental del Mediterráneo, desde Grecia hasta Egipto.
Los frailes menores son custodios de Tierra Santa por voluntad y mandato de la Iglesia universal formalmente desde el año 1342 cuando el Papa Clemente VI, con la bula Gratias Agimus e Nuper Carissimae aprobó y dio normas para la institución de la Custodia de Tierra Santa.
Actualmente la Custodia trabaja en Israel, Palestina, Jordania, Siria, Líbano, Egipto y en la isla de Chipre y Rodas. Trabajan en ella unos 300 religiosos. Los Franciscanos prestan su servicio sobre todo en los principales Santuarios de la Redención, especialmente en el Santo Sepulcro, en la Natividad de Belén y en la Iglesia de la Anunciación en Nazaret.
Los franciscanos custodian los santuarios cristianos, manteniendo el servicio litúrgico en los mismos y acogiendo espiritualmente a los peregrinos que llegan de todo el mundo, a muchos de los cuales guían en diversas lenguas.
¿De qué se encarga la Custodia Franciscana?
La Custodia de Tierra Santa se encarga de la difusión de las peregrinaciones vinculadas a los Santos Lugares, promueven viajes de profundización espiritual a esos Santos Lugares que ya visitó en 1219 San Francisco de Asís, fundador de la Orden de los Frailes Menores, y a los cuales los franciscanos acompañan desde hace siglos a peregrinos de todo el mundo.
Desde 2015 la Oficina de peregrinaciones de Roma de la Custodia de Tierra Santa está a cargo de la Fundación Tierra Santa. La estructura de Roma sigue y seguirá funcionando, siguiendo una ya larga y consolidada tradición, como centro de animación y promoción de las peregrinaciones a Tierra Santa y al Oriente cristiano, al servicio y en estrecha colaboración con las distintas Comisarías de la Custodia repartidas por el mundo que son las que organizan las peregrinaciones
Las propuestas de peregrinación promovidas por los franciscanos comprenden tanto itinerarios de ocho días de duración a los Santos Lugares como peregrinaciones inspiradas en recorridos bíblicos que incluyen visitas a Jordania, Egipto, Siria y Turquía.
Los peregrinos que escogen una peregrinación promovida por los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa son alojados en las Casae Novae, un antiguo palacio de piedra clara, en la Ciudad Vieja que es testigo de la larga historia de hospitalidad de los franciscanos en Jerusalén. Se trata de un alojamiento confortable, a dos pasos de la Basílica del Santo Sepulcro y del corazón de los barrios judío y musulmán de Jerusalén
Peregrinar a Tierra Santa a través de las Comisarías de la Custodia significa también contribuir a la misión franciscana en los Santos Lugares. Las numerosas obras realizadas durante siglos por los frailes de la Custodia fueron posibles gracias a una red de realidades que contribuyen en todo el mundo a mantener la presencia cristiana en Tierra Santa y al sostenimiento de los Santos Lugares.
Hay diversos itinerarios programados que no solo recorren los lugares que trazan la memoria de la presencia de Jesús en Tierra Santa, sino que también ofrecen la posibilidad de conocer fragmentos de la larga historia de este país y de descubrir sus mil caras sin dejar atrás las referencias evangélicas.
Durante siglos, los franciscanos han sido también los guías de los peregrinos en todos los aspectos de la peregrinación: bíblico-espiritual, logístico, burocrático, político, etc.
Todavía hoy numerosos frailes franciscanos que se dedican al servicio de acogida y acompañamiento de los peregrinos: sin embargo, dado el creciente número de fieles que llegan a Tierra Santa cada mes, ya no es posible responder como en el pasado a las necesidades de todos.
Aun así, hay una costumbre que se ha mantenido invariable: el encuentro de los peregrinos con el padre Custodio de Tierra Santa o con uno de sus representantes. Estos encuentros suelen tener lugar en Jerusalén, en el convento de San Salvador. Los encuentros con los franciscanos que viven en Tierra Santa ayudan a entender mejor la realidad de los Santos Lugares y la situación de los cristianos que viven allí.