En la cima de los Altos del Golán nace el río Jordán, la única fuente de agua del Mar Muerto. Este lago está ubicado entre Israel, Cisjordania y Jordania. La ubicación del Mar muerto hace que se pueda acceder a él desde estos dos países.
Sin ninguna duda, visitar el Mar Muerto es estar frente a uno de los paisajes más maravillosos de nuestro planeta Tierra, pues los cristales de sal en sus orillas lo convierten en algo único.
El Mar Muerto o Yam Hamelach, como se le conoce en hebrero, cuyo significado es Mar de la Sal es también reconocido como el Spa más grande del mundo y es un destino fundamental tanto del turismo religioso como del de salud y bienestar como en la antigüedad lo fue para reyes, emperadores, comerciantes y peregrinos, como el Rey Herodes o la Reina egipcia, Cleopatra.
Se supone que en sus orillas se encontraban asentadas Sodoma y Gomorra, aunque no hay evidencia científica que demuestre este dato.
¿Cómo es el mar Muerto?
La ubicación del Mar Muerto hace que este «mar» de 80 kilómetros de largo y 16 de ancho sea uno de los lugares más increíbles, principalmente por ser el punto más profundo del planeta, ya que se encuentra entre 413 y 430 metros bajo el nivel del mar y por la alta salinidad de sus aguas, 9 veces más grande que la del resto de los mares.
Este dato es muy curioso, porque mientras el porcentaje de salinidad en los mares es del 3.1% al 3.8%, en el Mar Muerto es de hasta un increíble 28% es en realidad un lago con una solución salina del 34% (casi 10 veces la del agua de mar), lo cual convierte a sus aguas en el principal atractivo para nadadores y curiosos que quieran sentir cómo su cuerpo flota sin ningún esfuerzo, pues no sólo es imposible hundirse en las aguas del Mar Muerto sino que éstas permiten descansar, relajarse y disfrutar de un baño placentero.
Y después de nadar, puedes cubrir tu cuerpo completamente con el lodo del Mar Muerto, pues dicen que este fango rico en magnesio, potasio, calcio, bromuro, cloruro sódico y muchas otras sales, tiene propiedades restauradoras y pueden combatir desde dolencias musculares hasta alergias, estrés, artritis, dermatitis y psoriasis.
En los aeropuertos o tiendas de los dos países encontrarás distintos productos a la venta.
Parque / reserva natural Ein Gedi
Muy cerca del Mar muerto de Israel encontraremos el parque/reserva natural Ein Gedi.
Ein Gedi es un idílico oasis en el desierto en el extremo este del Desierto de Judea en el sur de Israel. Ein Gedi significa «manantial del cabrito» (cabra joven) probablemente debido a las corrientes de manantial que atraviesan Ein Gedi y tal vez debido a las muchas cabras ágiles que se pueden ver a lo largo de los acantilados circundantes.
Este parque nacional es el oasis más grande del país y uno de los pocos lugares donde los arroyos del desierto fluyen durante todo el año. El parque se encuentra junto al Kibutz Ein Gedi y abarca 1435 hectáreas. Los visitantes de Ein Gedi pueden caminar a lo largo de caminos y senderos que siguen los arroyos, a través de barrancos y acantilados. El parque abarca cascadas y piscinas naturales donde los visitantes pueden bañarse. También hay cañones, cuevas, los restos de un templo de la Edad de Bronce y una exuberante vegetación.
Ein Gedi es el hogar de algunas especies de plantas raras y en peligro de extinción. Entre la vegetación se pueden ver pequeños animales como los hyrax de roca.
A lo largo del borde de las rocas, la cabra montesa de Nubia (una especie de cabra del desierto) desafía la gravedad caminando sin esfuerzo a lo largo de acantilados casi verticales. Muchos animales viven en Ein Gedi incluyendo lobos, murciélagos, zorros y animales que son principalmente activos durante la noche.
El parque tiene cuatro manantiales principales, pero el más popular es el arroyo David. El Sendero del arroyo David corre paralelo al arroyo y pasa por una serie de piscinas naturales y cascadas donde puede refrescarse. El agua abundante alimenta los árboles y las plantas, incluyendo la espina de Cristo, así como las cañas, los helechos y los sauces.
Menciones
Se cree que Ein Gedi se menciona en Crónicas II 20: 2 como Hazazon-tamar, un lugar donde los Amonitas y Moabitas se reunieron para luchar contra el Rey Josaphat.
El mismo sitio se conoce como un asentamiento Amorreo en Génesis 14: 7. En Ezequiel leemos cómo Ein Gedi se convertirá en un pueblo de pescadores cuando el agua del Mar Muerto se vuelva dulce.
La referencia bíblica más famosa a Ein Gedi se encuentra en Samuel I cuando el Rey David se refugió en el desierto de Judea mientras huía de su predecesor, el Rey Saúl.
Ein Gedi es mencionado nuevamente en el Salmo 63 cuando David va al desierto de Judea. También hay menciones de Ein Gedi en el Cantar de los Cantares y en el Eclesiástico.
Ein Gedi le fue dada a la tribu de Judá, y era famosa en el tiempo de Salomón (Jos 15:62). Josefo alabó a Ein Gedi por sus palmeras y abetos, y el escritor del Eclesiástico (Sirácida) hablaba de la sabiduría que era exaltada como una palma en Ein Gedi (24:14). Un día el profeta Ezequiel predijo que pescadores bordearían la costa del Mar Muerto en Ein Gedi (47:10).
Cuevas del Qumrán
Otra de las visitas obligadas es: Las Cuevas del Qumrán un conjunto arqueológico situado en una meseta a 1.5 km de la costa noroeste del Mar Muerto, dentro del Parque Nacional del Qumrán, se trata de una zona desértica en la que se combinan escarpadas montañas erosionadas por la acción de los elementos a lo largo de los siglos, con zonas más bajas como valles o cuencas.
Siendo en las zonas más altas y menos accesibles donde se han encontrado hasta 14 cuevas que se disponen alrededor de los restos de un asentamiento humano que data de la Edad del Hierro del que aún se discute el origen y función.
Dentro del Yacimiento Arqueológico de Qumrán es posible visitar el resultado de las excavaciones llevadas a cabo en el lugar que comenzaron en 1851 y han ido repitiéndose a lo largo de los siglos incorporando nuevos e interesantes hallazgos.
Apenas se llega al centro de visitantes lo primero que podemos visitar son los restos de una torre o fortaleza bien adaptada para operaciones defensivas, una cisterna para el suministro de agua y un cementerio, donde se encontraron más de mil tumbas, la mayoría varones, pero también algunas hembras e incluso niños.
Prosiguiendo el recorrido marcado por la pasarela podemos ver los restos de un acueducto que traía el agua procedente del desfiladero hacia una cisterna central que distribuía el agua a través de canales a todo el asentamiento.
Otro de los elementos interesantes que encontramos en el yacimiento son los hornos, al parecer para cocer la cerámica, los restos de un edificio compuesto de grandes salones, uno destinado al estudio llamado escritorium por haberse encontrado en él numerosos tinteros y bancos de escritura, otro que parece ser un comedor y una despensa donde se han descubierto hasta 1000 utensilios de cocina como cuencos, platos, vasijas, vasos, etc. Cerca de este edificio podemos ver también una piscina con escalones de acceso, bien divididos que sugieren su utilización para baños de carácter ritual o ceremonial.
Manuscritos del Mar Muerto
Pero el descubrimiento más significativas de estas excavaciones son los famosos Manuscritos del Mar Muerto, que se encontraron cuidadosamente conservados en el interior de tinajas repartidos en un total de 14 cuevas que se encuentran en las inmediaciones de este asentamiento. Estos manuscritos se presentan en rollos de piel y no en papiro, escritos en su mayoría en lengua hebrea, pero también en arameo, nabateo y algunos incluso en griego. La datación de estos documentos se ha fijado entre el 385 a.C. al 82 d.C según los resultados obtenidos de las pruebas al radiocarbono, convirtiéndose en las escrituras bíblicas más antiguas del mundo.
La importancia de estos manuscritos está en el contenido ya que se trata de una recopilación de prácticamente todos los libros de la Biblia hebrea a excepción del Libro de Ester, así como el protocanon del Antiguo Testamento cristiano y los libros deuterocanónicos incluidos en las Biblias católicas y ortodoxas orientales.
Parque Nacional de Masada
Finalmente recomendamos la visita al Parque Nacional de Masada. La impresionante fortaleza de Masada desafió a todas las construcciones de su época y se convirtió en un lugar inexpugnable en pleno desierto de Judea. Alrededor del año 40 a.C., el rey Herodes el Grande decidió construir una gran fortaleza en el desierto de Judea. No contento con levantar su refugio en medio de la nada, decidió hacerlo en la cumbre de una montaña a 450 metros sobre el nivel del mar.
La construcción de Masada supuso todo un desafío para la época. Los ingenieros del reino crearon almacenes que permitían conservar los alimentos durante años y diseñaron un sistema de canalización para retener el agua de las escasas lluvias del desierto.
Paseando por el yacimiento arqueológico es posible ver los restos de los almacenes, la torre de vigía, los tres palacios escalonados y los baños romanos.
En el año 66 los judíos se rebelaron contra el Imperio romano exigiendo igualdad de derechos y libertad religiosa. A esta revuelta se le llamó la Primera guerra judeo-romana. En respuesta a esta revuelta, el emperador Tito ordenó que los judíos fueran masacrados y su sagrado templo destruido. Las órdenes del emperador se cumplieron, sin embargo, los zelotes, un grupo de judíos rebeldes se resguardaron en la antigua fortaleza del rey Herodes, en la cima de un acantilado rocoso negándose a la rendición.
Sin embargo, los romanos dispuestos a conquistarlos, sitiaron la fortaleza y levantaron en la zona ocho campamentos romanos, todavía visibles hoy en día.