En el libro del Apocalipsis, en el capítulo 2, versículos del 1 al 7, encontramos el mensaje dirigido a la Iglesia de Éfeso. Este mensaje, que forma parte de las revelaciones hechas a San Juan en la isla de Patmos, ofrece valiosas lecciones espirituales y de orientación para la comunidad cristiana en Éfeso y para todos los creyentes a lo largo de la historia.
El mensaje a la Iglesia de Éfeso comienza con palabras de elogio: «Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu paciencia» (Apocalipsis 2,2). Se reconoce el esfuerzo y la dedicación de los miembros de la iglesia en su labor cristiana. También se alaba su rechazo a los falsos apóstoles y su capacidad para discernir la verdad.
Sin embargo, el mensaje continúa con una advertencia: «Pero tengo esto contra ti: has abandonado tu primer amor» (Apocalipsis 2,4). A pesar de su labor incansable y su resistencia a la falsedad, la iglesia ha perdido la pasión y la devoción que inicialmente la caracterizaban. Han caído en la trampa de hacer las obras sin el amor y la intimidad con Dios que deben acompañarlas.
El mensaje a Éfeso no es solo una crítica, sino también una llamada a conversión: «Por tanto, recuerda de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hiciste al principio» (Apocalipsis 2,5). La iglesia es exhortada a reflexionar sobre su declive espiritual, a lamentar la pérdida de su primer amor y a tomar medidas para corregirlo. Es una invitación a redescubrir la relación íntima con Dios que se ha perdido y a renovar el fervor espiritual. La obra y el servicio deben estar arraigados en un corazón lleno de amor por Dios y por los demás.
Como es característico en los mensajes a las iglesias en el libro del Apocalipsis, se ofrece una promesa al vencedor: «Al que venza le daré el derecho de comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios» (Apocalipsis 2,7). Esta promesa es un recordatorio de la recompensa eterna reservada para aquellos que perseveran en la fe.
El «árbol de la vida» hace referencia al acceso a la vida eterna y a la comunión con Dios en el cielo. Es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos temporales y las luchas en la vida terrena, la recompensa final es la vida eterna en la presencia de Dios.
El mensaje a la Iglesia de Éfeso es un mensaje atemporal que nos recuerda la importancia de mantener viva la llama del amor a Dios, es una llamada a la reflexión, al arrepentimiento, un recordatorio de que nuestras obras deben estar arraigadas en un corazón lleno de amor y que la recompensa final es la vida eterna en Su presencia