Pentecostés es una festividad de carácter religioso que se celebra cincuenta días después de la Pascua, poniendo fin al periodo pascual. En la historia cristiana, Pentecostés es considerado como el día en que nace la Iglesia, que recibe las primicias del Espíritu y se lanza a la «siega» del mundo, dando testimonio de la presencia viva de Cristo, el Evangelio escrito en el corazón de cada creyente. Por ello, la Iglesia dedica la semana de Pentecostés en honor al Espíritu Santo, pero también celebra la Consagración de la Iglesia, cuyo principio lo marca esta epifanía.
En el Nuevo Testamento, en Hechos de los Apóstoles, capítulo 2, se relata el descenso del Espíritu Santo durante una reunión de los Apóstoles en Jerusalén, acontecimiento que marcaría el nacimiento de la Iglesia cristiana y la propagación de la fe de Cristo.
“¿No son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo es que cada uno de nosotros les oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia alrededor de Cirene, viajeros de Roma, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestros idiomas de las maravillas de Dios”. (Hechos 2, 7-12)
Origen de la fiesta de pentecostés
El origen de Pentecostés se basa en una fiesta judía llamada Shavuot. Esta festividad judía de Shavuot se celebra siete semanas después de Pascua, en el «quincuagésimo día» (este es el significado del término «Pentecostés»), número que indica plenitud (7×7 + 1) y el comienzo del tiempo de «cumplimiento». Fiesta de las primicias, de la cosecha y de la alegría, se convirtió en memorial del don de la Torá en el Sinaí y de la renovación de la alianza entre Dios y el pueblo de Israel. Al ser una fiesta de peregrinación, se congrega gente de todas partes en Jerusalén, lo que explica la procedencia universal de la multitud cuando el Espíritu Santo se derrama sobre la primera comunidad cristiana reunida en el Cenáculo. En tiempos de Jesús, y aún todavía hoy, judíos de todo el mundo peregrinaban a Jerusalén para venerar a Dios en el Templo durante las tres fiestas más importantes: Pascua, Shavuot y Sucot.
Shavuot se celebra como un día de descanso en el que no se trabaja y se cena en familia, como en shabat. En las sinagogas se hace una lectura de los Diez Mandamientos y también se acostumbra a permanecer despiertos toda la noche estudiando la Torá. Este texto incluye los cinco primeros libros de la Biblia que, según la tradición, fueron escritos por Moisés. Estos libros son los que el cristianismo denomina Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio).
Esta fiesta también tiene una vertiente agrícola, A su vez, esta fiesta de los judíos se originó en una fiesta pagana de carácter agrícola, ya que los agricultores ofrecen a Dios los primeros frutos de las cosechas por serel tiempo en la que se producía la recolección agrícola y los primeros días de siega. Así, la fecha de la fiesta era móvil, ya que dependía del ritmo de la agricultura.
Pentecostés, como fiesta cristiana, se remonta al siglo I, aunque no hay evidencia de que fuese observada, como es el caso de la Pascua; el pasaje que la nombra en la carta a los Corintios probablemente se refiere a la fiesta judía. Esto no es sorprendente, pues Shavuot, la fiesta judía, que originalmente duraba un sólo día, caía en domingo; además estaba tan estrechamente unida a la Pascua que parecía ser no la terminación del tiempo pascual. El color de las vestimentas de los sacerdotes es rojo, que simboliza el amor del Espíritu Santo o de las lenguas de fuego.
Pentecostés en España
En España no es fiesta nacional, pero existen varios lugares en los que se celebra de manera importante. En Almonte, Huelva, tiene lugar la celebración de la Virgen del Rocío una romería multitudinaria en la que miles de personas y hermandades de España y Europa peregrinan hasta la aldea de El Rocío a caballo o en carro para conmemorar el Lunes de Pentecostés, día en el que sacan a la Virgen en procesión.
En Atienza, en la provincia de Guadalajara, también tiene lugar una fiesta denominada La Caballada. Esta fiesta ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, en la que los cofrades montan a caballo, realizan carreras, sacan a la Virgen de la Estrella en procesión y se pagan las curiosas “multas” en libras de cera al son de dulzainas y tamboriles.
También en Europa hay curiosas tradiciones:
En Italia era costumbre esparcir pétalos de rosas desde el techo de las iglesias para recordar el milagro de las lenguas de fuego. En Francia era costumbre el toque de trompetas durante el servicio divino, con el objeto de recordar el sonido del poderoso viento que acompañó el descenso del Espíritu Santo. En Inglaterra, la nobleza se entretenía con carreras de caballos. En las vísperas de Pentecostés, en las Iglesias Orientales se realizaban servicios extraordinarios de genuflexión, acompañados por largas oraciones poéticas y Salmos. Para los festejos de Pentecostés, los rusos llevan flores y ramas verdes en sus manos.