1. BASÍLICA DE SAN PABLO EXTRAMUROS
Erigida en el siglo IV d.C., la Basílica de San Pablo Extramuros (Basílica di San Paolo fuori le Mura) es una de las cuatro basílicas mayores de Roma, la segunda en tamaño por detrás de la de Basílica de San Pedro.
Según la tradición, los primeros cristianos erigieron una capilla funeraria para indicar la tumba del Apóstol de las Gentes, San Pablo. Este lugar se encuentra cerca de las “tre fontane” donde San Pablo fue martirizado y decapitado entre los años 65 y 67. De hecho, ya en el siglo I este lugar fue meta de veneración.
El interior de la Basílica de San Pablo es grandioso compuesto por cinco naves subdivididas, con enormes columnas de alabastro y preciosos mosaicos dorados. Lamentablemente, debido al incendio producido en 1823, son pocas las partes que se conservan intactas de la basílica medieval, pero aún se pueden contemplar algunos mosaicos del siglo XIII, un gran candelabro del siglo XII, o el baldaquino de mármol de 1285 bajo el cual se encuentra la sepultura de San Pablo.
Al sepulcro del apóstol San Pablo podrás llegar a través de una doble escalera debajo del altar. Se encuentra encajado, tal y como lo encontraron, entre diversas capas de ladrillo, piedra y mármol. Simplemente se puede ver un lateral del sarcófago a través de la celosía que lo protege. Justo a los pies de la tumba, un suelo de cristal muestra el ábside de la primera iglesia. Además, aquí también se conserva un supuesto trozo de las cadenas que lo ataron en su martirio.
2. ARCHIBASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN
San Juan de Letrán es la iglesia más antigua del mundo, y recibe por ello el título de Cabeza y Madre de todas las iglesias. Edificada bajo las órdenes del Constantino el Grande durante el siglo IV, la Basílica de San Juan de Letrán fue la primera iglesia que se construyó en Roma.
Forma parte de un gran complejo monumental que incluye el gran obelisco, el Palacio de Letrán y el Santuario de la Escalera Santa. Todo el complejo es propiedad de la Santa Sede y goza del estatus de extraterritorialidad dentro del Estado italiano. En 1980 fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Letrán fue la sede central de la Iglesia Católica durante más de 1.000 años, hasta que en el siglo XIV los Papas se trasladaron al Vaticano. Esta siempre ha tenido un importante papel en la historia, ya que hasta 1870 todos los Pontífices fueron investidos en ella y a día de hoy el Papa, como obispo de Roma, continúa celebrando en su interior los oficios de Jueves Santo.
La vista más reconocible es la fachada de la Basílica de San Juan Letrán, coronada por quince estatuas de mármol travertino, de 7 metros de altura, cuya figura central es Jesús con Juan el Bautista y Juan Evangelista, uno a cada lado. Las puertas centrales, de bronce, proceden de la Curia del Foro Romano.
3. BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR
La Basílica de Santa María Mayor Roma es una auténtica reliquia histórica. Es la única de las cuatro basílicas mayores de Roma que conserva intacta su planta paleocristiana, tal como fue construida en el siglo V, aunque posteriormente haya sufrido numerosos añadidos.
Edificada sobre un templo pagano que rendía culto a la diosa Cibeles, la Basílica de Santa María la Mayor fue construida a mediados del siglo IV bajo las órdenes del Papa Liberio. Según la leyenda, la Virgen apareció ante el Papa indicándole las instrucciones para la construcción de la iglesia, y la forma de la planta fue diseñada por una milagrosa nevada.
Esta imponente Iglesia es una basílica papal y en ocasiones es utilizada por el sumo pontífice que pese a estar fuera del territorio de la Ciudad del Vaticano, pertenece a la Santa Sede.
El gran tesoro de Santa María Mayor son los mosaicos paleocristianos del siglo V. El principal se encuentra en el Arco de triunfo, y contiene escenas de la vida de la Virgen y de Cristo niño.
4. BASÍLICA DE SAN PEDRO DEL VATICANO
La Basílica de San Pedro del Vaticano se levanta sobre la tumba del apóstol san Pedro, ubicada en una necrópolis del siglo I. La primera basílica vaticana fue construida por Constantino en el siglo IV y estuvo en pie más de 1.000 años hasta que los Papas del renacimiento la derribaron para construir la que contemplamos actualmente.
La Basílica de San Pedro acoge en su interior a la Santa Sede, siendo el templo religioso más importante del catolicismo y la iglesia donde el Papa celebra las liturgias más importantes.
Entre las obras de arte que se pueden encontrar en su interior destacan el Baldaquino de Bernini, La Piedad de Miguel Ángel y la estatua de San Pedro en su trono. Esta última tiene el pie derecho desgastado por los besos de los fieles.
5. IGLESIA DEL GESÚ
Esta iglesia fue concebida a mediados del siglo XVI por San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Es el primer templo jesuita del mundo. Su nombre completo es «Iglesia del Santísimo nombre de Jesús», aunque todo el mundo la conoce como il Gesù.
Tanto su fachada como la planta de nave única con pequeñas capillas laterales, marcaron la pauta que seguirían después miles de iglesias. En su interior destacan por su arquitectura la decoración de la bóveda, la capilla de San Ignacio, la Capilla de Madonna della strada, San Francisco Javier y el San Roberto Javier.