Las Iglesias excavadas en la Roca de Lalibela: Tesoros de la Fe en las Profundidades de Etiopía en una región montañosa en el corazón de Etiopía, en la región de Amhara, a unos 645 kilómetros de Addis Abeba, la capital de Etiopia encontramos un lugar de asombroso misticismo y devoción: Lalibela. Esta pequeña ciudad, rodeada por la belleza agreste de las montañas, es famosa en todo el mundo por sus iglesias excavadas en la roca, un testimonio magnífico de la habilidad humana y la espiritualidad profunda que fusionan la tierra con el cielo.
Historia de Lalibela
La historia de Lalibela se remonta al siglo XII, durante el reinado del rey Lalibela, un monarca etíope de la dinastía Zagwe. La leyenda cuenta que el rey, inspirado por una visión celestial, emprendió la tarea de crear una «Nueva Jerusalén» en su reino, como un refugio sagrado para los peregrinos y fieles. La construcción de estas iglesias se considera un acto de fervor religioso y un tributo a la grandeza de Dios. Realmente no se sabe quién ni cómo se construyeron las iglesias, a pesar de que se le atribuya su construcción al rey Lalibela. Para los fieles de la Iglesia Ortodoxa etíope no tienen ningún misterio su creación, para ellos las iglesias fueron construidas por ángeles.
¿Qué hace a Lalibela tan especial?
Lo que hace que las iglesias de Lalibela sean verdaderamente únicas es la forma en que fueron talladas en la roca. En lugar de construirse sobre la tierra, se excavaron directamente en la piedra volcánica monolítica. Estas maravillas arquitectónicas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO fueron excavadas en roca sólida completamente por debajo del nivel del suelo y con una variedad de estilos varían en tamaño y complejidad, desde estructuras modestas hasta elaborados complejos con intrincados detalles tallados en las paredes. De las 11 iglesias destacan sobre las demás la llamada Casa de Medhane Alem (o la Casa del Salvador del Mundo), la más grande de todas que mide 33 metros de largo, 23 metros de ancho y tiene 10 metros de profundidad y la Iglesia de San Jorge, considerada una obra maestra y un icono de Lalibela.
La Iglesia de San Jorge, también conocida como Bete Giyorgis en amárico, es una de las construcciones más impresionantes de Lalibela. Su diseño se asemeja a una cruz griega perfecta, con un patio hundido que se asemeja a un foso. La iglesia está completamente tallada en una sola pieza de roca, lo que la convierte en un logro arquitectónico asombroso. A pesar de estar aislada está conectada a las demás por un extenso sistema de trincheras… cosa que la hace todavía más espectacular.
Las paredes interiores y exteriores están adornadas con intrincados grabados que cuentan historias bíblicas y retratan escenas religiosas. El techo abovedado se curva hacia arriba como si se tratara de un arco celestial, evocando una sensación de espiritualidad y trascendencia para aquellos que la visitan.
Las iglesias de Lalibela son más que simples estructuras arquitectónicas; son el corazón del cristianismo etíope y un lugar sagrado para los fieles. Cada iglesia tiene su propia historia y simbolismo, y son el destino de peregrinaciones tanto locales como internacionales. Durante festivales religiosos como Timkat y Meskel, las iglesias cobran vida con la vibrante celebración de la fe y la cultura etíope.
Con el objetivo de preservar este tesoro invaluable, se están implementando esfuerzos para la restauración y conservación de las iglesias. Organizaciones locales e internacionales trabajan juntas para proteger este sitio del patrimonio mundial y garantizar que las generaciones futuras puedan continuar admirando y siendo inspiradas por estas maravillas únicas.
Visitar las iglesias de Lalibela es sumergirse en una experiencia espiritual y cultural que trasciende el tiempo y la distancia, conectando a las personas con una herencia antigua y un sentido de lo divino
Pero eso sí, todos coinciden que si quieres ver Lalibela en su máximo esplendor tienes que pasar una vigilia nocturna en ellas durante una de las grandes fiestas religiosas. En estas fiestas cientos de peregrinos vestidos de blanco abarrotan los patios de las iglesias, y es donde realmente podemos presenciar el cristianismo ortodoxo en su forma más cruda y poderosa.
Así es Lalibela… ¿No estáis fascinados?