Quien fue San Miguel Arcángel
El Arcángel San Miguel es mencionado por la Biblia junto con Rafael y Gabriel. La palabra Miguel significa, en hebreo, מיכאל: Mija-El, Mikaiyáh o Mijaiá, que quiere decir “¿Quién como Dios?” Es el jefe de los ejércitos de Dios. Siempre fue venerado en la Iglesia como el protector especial de los cristianos, del mismo modo que antes de fundarse el cristianismo lo había sido del pueblo judío.
Apariciones de San Miguel Arcángel
Ocho son las apariciones que se registran de San Miguel Arcángel. La más antigua fue en Irlanda, en Skellig, donde se habría aparecido a San Patricio para ayudarle a liberar a ese país del demonio. Allí San Miguel le dice que tenga fe y que no quedará ninguna serpiente por donde él pase, y que convertirá a muchos a la Fe cristiana.
Hay otras apariciones famosas de San Miguel: en Monte Gargano, en Honaz, en Colosas, en Tlaxcala, México, en Mont Saint-Michel, Francia, donde hay un famoso santuario consagrado al Arcángel que tiene la característica de que 2 veces al mes, las olas cubren la carretera de acceso y el lugar se convierte temporalmente en isla. En España también se apareció en Aralar.
Una misteriosa línea imaginaria une siete monasterios relacionados con los ángeles, desde Irlanda hasta Israel. ¿Es solo una coincidencia? Son siete santuarios lejanísimos entre sí, y, sin embargo, perfectamente alineados. Se llama la línea sacra de San Miguel Arcángel y marca, según la leyenda, el golpe de espada que el Santo infligió al Diablo para enviarlo al infierno, tras una apocalíptica batalla en los cielos.
Aparición en el Monte Gargano de San Miguel Arcángel
De todas las apariciones de San Miguel, la más célebre es la que se hizo en el Monte Gárgano, Fueron 4 apariciones a través de los siglos.La localidad de Gargano se ubica en un promontorio sobre el mar Adriático, donde la península itálica forma la espuela de la bota. Pertenece a la provincia de Foggia, en el norte de la región de Apulia. Es el santuario más popular de todos los dedicados en Europa a San Miguel. En este lugar, el arcángel se apareció desde el 490 al 1656.
En la cima del monte, se eleva la iglesia de San Miguel, un lugar de peregrinación desde tiempos inmemoriales. Pero lo que lo hace realmente especial es la historia detrás de su construcción.
La primera aparición fue a un señor llamado Elvio Emanuele. Cuidaba a su ganado y uno de ellos se escondió en una cueva. Como era inaccesible, arrojó una flecha y está misteriosamente retorno hacia él causándole una herida. Comentó el hecho al obispo de lugar y el prelado declaró tres días de ayuno. Al tercer día, el Arcángel se le apareció y le dijo: “Yo soy el Arcángel Miguel y estoy siempre en presencia de Dios. La caverna es sagrada para mí, es una elección mía, yo mismo soy su Ángel Custodio. Allí en donde se abre la roca pueden ser perdonados los pecados de los hombres. Lo que aquí se pida en oración, será escuchado. Ve entonces a la montaña y dedica la gruta al culto cristiano.
El obispo dudó, y la cueva no fue consagrada.
Un año más tarde, el pueblo de Gargano se vio amenazado por una invasión, y el Arcángel se aparece por segunda vez. Ahora al obispo prometiéndole la victoria si confiaban, tenían fe y construían en la gruta la Iglesia solicitada en la primera aparición. Pero las dudas continuaron.
En la tercera aparición el arcángel le dijo:
“No es necesario que me dediques esta Iglesia, yo mismo la he consagrado con mi presencia. Entra y bajo mi asistencia, ora y celebra el sacrificio de la Misa. Te enseñaré́ como yo mismo he consagrado este lugar”
Al entrar el obispo en la cueva, encontró́ un espléndido altar revestido de mantel rojo y una cruz de cristal. En la entrada había una huella de pie, que confirmaba la presencia del Arcángel.
Finalmente, en la cuarta aparición siendo obispo Alfonso Puccinelli, en 1656, la intercesión del Arcángel liberó de la peste a toda la población:
“Yo soy el Arcángel San Miguel. Quien use las piedras de esta gruta será́ liberado de la plaga. Bendice estas piedras, grábales el signo de la cruz y mi nombre.”
El obispo así́ lo hizo, e inmediatamente la plaga cesó.
A partir de ese episodio la ciudad se amplía y se convierte en uno de los lugares más importante del Gargano. Millones de peregrinos y personajes ilustres la visitaron: papas, reyes, jefes de estados y tantos santos; san Anselmo, san Bernardo de Claraval, san Guillermo de Vercelli, san Alfonso de Ligorio, santa Brígida de Suecia, san Francisco de asís (que, al no sentirse digno de entrar en la gruta, se quedó a rezar sobre el umbral) y por supuesto Padre Pío dónde vivía muy cerca en san Giovanni Rotondo. San Pío siempre decía a sus fieles devotos que antes de venir a verlo, primero tenían que pasar por el arcángel san Miguel.
La iglesia de San Miguel en el monte Sant’Angelo es de estilo románico y data del siglo 13, fue construida sobre la gruta de piedra caliza donde se apareció el Arcángel. En su interior hay una imagen de San Miguel considerada milagrosa. A la izquierda de la imagen de San Miguel, en el actual presbiterio, podemos encontrar la Cátedra Episcopal, de la primera mitad del siglo XI. Es obra del escultor Acceptus y testimonia el intenso fervor no sólo espiritual, sino también cultural y artístico, que animó espléndidamente al Santuario en este período.
En nuestros días, el santuario del monte Gargano continúa siendo un concurrido centro de peregrinación, potenciado por la proximidad de San Giovanni Rotondo.
Mediante el “Perdón Angélico”, concedido desde 1997, quienes peregrinan a esta Basílica con las debidas condiciones: estado de gracia, comunión y oración por el Papa, obtienen la indulgencia plenaria.