Moisés fue un gran profeta que guio al pueblo de Israel desde la esclavitud en Egipto hasta la Tierra Prometida. Durante el camino hacia la libertad, no solo fue la cabeza del pueblo, sino que intermediaba directamente con Dios, siendo el que recibió los mandamientos en el Monte Sinaí. Moisés fue el encargado por Dios para entregar la Torá (texto que contiene el patrimonio de identidad y la ley del pueblo judío) y, según algunos rabinos, la Ley Oral que luego se codificaría en la Mishná.
El cristianismo heredó de sus raíces judías la figura de Moisés, considerándolo como un anticipo de Cristo y creador del Pentateuco (que vendría a ser la Torá y, a su vez, los cinco primeros libros de la biblia cristiana). Dentro del recorrido que Moisés hizo con el pueblo de Israel, hubo varios lugares de especial interés. Uno de ellos es el Monte Nebo, que se encuentra al oeste del actual Jordania.
Relación de Moisés con el Monte Nebo
Según se narra en el libro del Deuteronomio, Moisés tuvo muchos enfrentamientos con el pueblo de Israel, ya que cuando surgían complicaciones murmuraban contra Dios, a pesar de que habían visto grandes milagros en su salida de Egipto. En esos momentos de duda, el pueblo renegaba de Monises e incluso de Dios, y querían elegir otro líder que los llevara de vuelta a Egipto, pues temían morir en el desierto. El Dios del Antiguo Testamento es un Dios vengativo, que, ante la falta de Fe del pueblo, condeno a no entrar en la Tierra Prometida a ninguno de los que había salido de Egipto, sino que lo harían sus hijos, es decir, una nueva generación. A Moisés tampoco le permitió Dios entrar por haber dudado de los planes de Dios. Solo se le permitiría poder ver la Tierra Prometida antes de morir, pero no entrar en ella y el lugar elegido fue el Monte Nebo.
Este pico en particular cuenta con 817 metros de altura sobre el nivel del mar y se ubicaba en Moab (pueblo semita que vivía al este del Mar Muerto). Fue allí, a la cima del monte Nebo que Moisés vio la tierra Prometida, siendo también ahí donde Moisés falleció, a sus 120 años de edad. Recordemos que en el Antiguo Testamento no todos los datos tienen que ser reales, sino que posiblemente esta cifra (al igual que otras muchas), correspondan a una simbología de los números.
Según los cálculos relacionados a esta época en concreto, se piensa que la muerte de Moisés ocurrió aproximadamente en el 1272 antes de la era cristiana, siendo desconocido el lugar de sepultura de Moisés.
En cuanto al monte Nebo se refiere, se puede comentar que en el siglo IV de nuestra era se edificó una iglesia con tres ábsides que fueron ampliadas en la época bizantina, siendo conocida hasta nuestros tiempos como la Basílica de Moisés. A principios del siglo XX, la Basílica recibió una transformación total por parte de los franciscanos, que reedificaron la iglesia, preservando los mosaicos bizantinos y otros elementos.
El monte Nebo como lugar Sagrado
Existen dudas sobre si el actual Monte Nebo es realmente el monte desde donde Moisés contemplo la Tierra Prometida antes de morir. Para algunos, el monte bíblico hace alusión al monte Sinaí (también conocido como monte Horeb y el cual se encuentra al noreste de Egipto, al sur de la Península de Sinaí), mientras que para otras personas este monte alude a las montañas Abarim (cadena de montañas que atraviesan Jordania justo al este del río Jordán, cuando este desemboca al Mar Muerto).
La principal razón por la cual se piensa que estos lugares son de los que se hablan en los textos bíblicos es precisamente porque desde ahí se puede ver Jerusalén en un día claro, pudiendo ser esto lo que llegó a ver Moisés antes de morir. Independientemente de estas teorías, el Monte Nebo es un punto de interés religioso y cultural tanto para cristianos como para judíos, pudiendo encontrar como dato curioso en la historia que Jeremías en su función de profeta, escondió en una cueva de este monte el Arca de la Alianza, siguiendo así los mandatos de Dios. Como sabemos, el Arca de la Alianza es un objeto que se describe en los relatos bíblicos como un cofre de madera cubierto de oro, que se construyó a petición de Dios específicamente para guardar las tablas de la Ley. El Arca fue custodiada por el pueblo de Israel hasta que se perdió su rastro en el saqueo del Templo de Salomón por parte de los Romanos, en el siglo I.
Otros aspectos de interés del Monte Nebo
Debido a la gran historia que tiene detrás el monte Nebo, no sorprende que, tanto para los judíos como para los cristianos, este lugar haya sido ideal para el peregrinaje, encontrando a muchos interesados en recorrer este camino en el cual Moisés había pasado sus últimos días. Por supuesto, el principal interés de visitar el Monte Nebo no es otro más que el poder ver la maravillosa vista de la Tierra Prometida, emulando lo que hizo Moisés en su momento.
Actualmente, lo que se puede ver al visitar el monte Nebo es precisamente la estructura de la actual Basílica que se erige en el lugar, pudiendo ver desde la iglesia actual los vestigios de las antiguas edificaciones que fueron cambiando con el paso del tiempo. Se pueden ver también los mosaicos que alguna vez estuvieron en el lugar además de la fuente bautismal bizantina que aún se preserva en el lugar, siendo estos de diferentes épocas por las cuales ha pasado el mismo monte Nebo.
Como últimos datos curiosos que se pueden mencionar del monte Nebo, se podrá observar un olivo que plantó el mismo Papa San Juan Pablo II en su visita al lugar en el año 2000, pudiendo mencionar también la visita del Papa Benedicto XVI al monte Nebo en el año 2009.
Es por lo tanto un lugar importante para cualquier peregrino que visite Jordania y quiera conocer el camino que el pueblo de Israel realizo hasta la tierra prometida.