La Iglesia tuvo un papel determinante en la fundación del reino portugués y en el reforzamiento de su identidad, a través de las órdenes monásticas como Cluny y Cister, con su organización socioeconómica y cultural y a través de las órdenes militares, en la consolidación y defensa de las fronteras.
El Monasterio de Alcobaça
El Monasterio de Alcobaça, en la región de Lisboa, es uno de los ejemplos más bonitos e impresionantes de la arquitectura gótica cisterciense en Europa y está clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, La mayor iglesia gótica de la Orden del Císter. La Carta de Fundación de la Abadía data del 8 de abril de 1153 y, a pesar de sus casi 900 años, mantiene intacto el conjunto de dependencias medievales. Su iglesia es la primera y la más grande de estilo gótico primitivo construida en Portugal durante la Edad Media.
Contemporáneo de la fundación de Portugal, el monasterio es también parte de su historia. Fundado por el primer rey, Alfonso Henriques y consagrado desde entonces al culto mariano, nació de la donación de las tierras de Alcobaça a Bernardo de Claraval y a la Orden del Císter por la victoria sobre los moros en la conquista de Santarém.
La construcción se inició en 1178 y terminó cerca de 100 años después. En esa época los maestros albañiles de la Orden del Císter estaban experimentando una nueva “forma” de construcción –el gótico– introduciendo este lenguaje arquitectónico en el territorio portugués. Los monjes de hábito blanco crearon en la región una obra de civilización sin igual, cuyo primer ejemplo es la escuela pública establecida a partir de 1269. Las donaciones reales recibidas por la Orden a lo largo de varios reinados crearon el Coto de Alcobaça, vastos dominios territoriales que los monjes poblaron y desarrollaron poniendo en marcha una escuela de agricultura.
En la fachada de la iglesia, solo el pórtico gótico es original, la ligereza de las estatuas de San Benito y San Bernardo contrasta con el peso barroco de la puerta frontal y de los campanarios, que fueron añadidos en el siglo XVIII, época en la que también se concluyeron las últimas dependencias del monasterio.
La gran nave central desprovista de adornos produce una sensación de elevación y espiritualidad. En el centro de cada brazo del transepto podemos ver dos obras maestras de la escultura medieval, las tumbas de D. Pedro I (1357-67) y D. ª Inés colocadas frente a frente para que pudieran encontrarse de nuevo el Día de la Resurrección.
No deje de visitar el impresionante conjunto de dependencias medievales, entre las que destacan el comedor, el dormitorio y la sala capitular, así como el Claustro de D. Dinís, la sorprendente cocina y la sala de los reyes.
Monasterio de Batalha
También el cercano Monasterio de Batalha, es un ejemplo magistral del genio gótico portugués, desde finales del trescientos hasta el llamado Manuelino, patente en las Capillas Inacabadas (Capelas Imperfeitas). El Monasterio de Batalha se llama oficialmente Monasterio de Santa Maria da Vitória y, está considerado como una de las ‘Siete Maravillas de Portugal’
Se tardó en construir dos siglos, del XIV al XVI, reinaron 7 monarcas, pasaron 15 arquitectos, se utilizaron nuevas técnicas y nuevos estilos… Es un monasterio algo faraónico, es imponente pese a que el edificio nunca llegó a estar acabado. Su Historia está ligada a la dinastía de los Avís, fue Joao I quien ordenó su construcción para conmemorar su victoria en la batalla de Aljubarrota frente a los castellanos. Le prometió a la virgen que si ganaban le construiría ‘lo más grande’ y cumplió su promesa.
Además del templo, de líneas elegantes y una nave central que impresiona por su altura (32 m), Alfonso Domingues imaginó, según la leyenda, la Sala Capitular, proponiendo la ejecución de una bóveda tan audaz que casi contradice las leyes de la física. Totalmente suspendida según los planos originales, levantó mucha polémica en su momento, ya que muchos arquitectos dudaron de su apoyo. Alfonso Domingues no vaciló en sus convicciones y, una vez terminada la obra, se empeñó en permanecer sentado en la sala durante varios días, al final de los cuales la tradición garantiza que se dirigió a los presentes y pronunció la frase: «¡La bóveda no se cayó, la bóveda no se caerá!».
Se continuó su construcción durante los reinados de Eduardo I, Alfonso V, Juan II, Manuel I y Juan III. Desde el reinado de Juan II, el ritmo de las obras fue disminuyendo hasta llegar a la suspensión casi total. Las llamadas Capillas Imperfectas quedaron así sin terminar. Relegado al olvido, el monasterio fue asaltado durante las Invasiones Francesas y la tumba de Juan II, saqueada. Un incendio destruyó algunos anexos. La decadencia se acentuó a principios del siglo XIX hasta el punto de que los sacerdotes y clérigos abandonaron el lugar. Las primeras iniciativas para restaurar el monasterio empezaron con el espíritu artístico de Fernando II en 1840, pero tuvieron poco alcance. La memoria, sin embargo, no se agotó y el monasterio es hoy uno de los monumentos más visitados del país
Sin embargo, es sobre todo el estilo barroco el que marca los templos portugueses por todo el territorio, especialmente en la decoración interior, con la talla dorada, la azulejería, la escultura e incluso la pintura. Vamos a ver algunos de los más bellos templos del país.
Panteón Nacional, Lisboa
El Panteón Nacional está ubicado en la antigua iglesia de Santa Engrácia. Fue establecido por decreto de septiembre de 1836. Es un lugar para honrar y preservar la memoria de los ciudadanos portugueses que hicieron una contribución significativa a su tierra natal. Entre ellos se encuentran poetas, militares, altos funcionarios del gobierno y varios presidentes de la república.
Aquí se encuentran las tumbas de héroes nacionales portugueses como, por ejemplo, Enrique el Navegante, Pedro Álvares Cabral (el primer habitante del viejo continente en ver Brasil), Amália Rodrigues (cantante de fodo), Humberto Delgado (general y opositor), Manuel de Arriaga (presidente de la república), Sophia de Mello Breyner (escritora), Aquilino Ribeiro (poeta).
La antigua iglesia de Santa Engrácia, que alberga el panteón portugués, presenta un estilo barroco. Este edificio, coronado por una enorme cúpula, está considerado como uno de los monumentos barrocos más antiguos del país. El interior del panteón está revestido con varios tipos de mármol de colores.
Igreja Santa Maria de Belém, Lisboa
Iglesia incluida en el Monasterio de los Jerónimos de Belem, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de una estructura gótica de planta cruzada con planta de hall. Sobre la intersección de los pasillos, hay una torre actualmente cubierta con una cúpula.
La iglesia alberga las tumbas de Vasco da Gama, reyes y reinas portugueses, incluidos Manuel I y Jan III, así como el famoso poeta Luis de Camoes. El interior está cubierto con espejos y bóvedas, y las columnas fueron decoradas en el siglo XVI con decoraciones de estilo manuelino.
Igreja da Mãe de Deus, Lisboa
Está situada dentro del Museo Nacional de Azulejos de Cerámica
Es una Iglesia del siglo XVI financiada por la reina Leonor. Es parte de un monasterio que ahora alberga el famoso Museo Nacional de los Azulejos. Su nave central es de planta cuadrada. La entrada está decorada con un portal de estilo mudéjar, y en su interior se puede ver, entre otras, una capilla realizada en este estilo y paredes revestidas de azulejos con escenas de la Escritura.
Iglesia de San Francisco, Oporto
San Francisco de Oporto (Igreja de São Francisco) es un templo histórico inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Desde 1910, este lugar también está clasificado como Bien Público Portugués. Aunque el exterior de la iglesia es típicamente gótico, el interior contiene muchos elementos barrocos y rococó. Las decoraciones están cubiertas con una gran cantidad de oro (se utilizaron más de 200 kg). El elemento más importante de la decoración es un altar de madera, policromado y dorado, ubicado en el pasillo izquierdo. En las bóvedas y catacumbas del templo, hay un museo con elementos que han sobrevivido del antiguo monasterio, así como un osuarium con cientos de huesos humanos. La construcción de la iglesia comenzó en 1383 y se completó en 1425.
El convento fue destruido a mediados del siglo XIX durante las guerras liberales –la guerra civil portuguesa–. En realidad, se destruyó como represalia porque los franciscanos apoyaron a los perdedores y el rey Don Pedro IV los expulsó y donó el solar a la Asociación de Comerciantes de Oporto que construyó en él el Palacio de la Bolsa. Está abierto a los visitantes y se utiliza con fines culturales, pero no con fines religiosos.
Iglesia de los Clérigos, Oporto
Igreja e Torre dos Clérigos (Iglesia y Torre de los Clérigos) es uno de los símbolos más reconocibles de Oporto. Fue uno de los primeros edificios barrocos erigidos en Portugal, y también la primera iglesia barroca construida sobre una planta elíptica, no en cruz.
El elemento arquitectónico más interesante del templo es una esbelta torre (Torre dos Clerigos) con una altura de 75,6 metros. Esta estructura se eleva sobre la ciudad y desde su cima ofrece un panorama maravilloso de Oporto. Sin embargo, para verlo hay que subir 240 escalones y seis pisos.
La iglesia fue construida en los años 1732-1750, y la torre contigua entre 1754-1763. El proyecto fue realizado por un arquitecto y pintor italiano, Nicolau Nasoni. El frente del templo está ricamente decorado con motivos típicos barrocos, como coronas de flores y conchas.
Capela de Nossa Senhora da Lapa, Vieira do Minho
La iglesia fue construida en 1964, pero de una forma muy peculiar. La capilla fue construida dentro de una roca, siendo una de las construcciones más impresionantes de Portugal. La construcción se hizo en un lugar muy alto, a veces la niebla puede afectar a la visita, ya que se hace difícil ver lo que hay alrededor. Sin embargo, sigue siendo una visita obligada en cada viaje a Vieira do Minho.
Capela do Senhor da Pedra, Gaia
Construida en 1763, esta iglesia se encuentra en la playa. Construida en una roca, la iglesia tiene forma de hexágono y puede ser de difícil acceso durante la marea alta, ya que está muy cerca del mar.
Santuário de Nossa Senhora dos Remedios, Lamego
Después de subir 686 escalones, el visitante quedará sorprendido por la fachada de la iglesia realizada en granito en estilo barroco con dos torres con campanas. ¡El blanco y el dorado son los colores principales de esta construcción que hará que el visitante se olvide de que había tantos escalones para llegar a la cima!
Santuário do Sameiro, Peñafiel
Situado en uno de los lugares más altos de Penafiel, el santuario construido en el siglo XIX tiene una arquitectura muy interesante. El Santuario, así como el bello y romántico jardín que lo rodea, dotado de fuentes, quiosco de música, crucero y las «alminhas» de Nuestra Señora de la Piedad permite a los visitantes y a los lugareños disfrutar de un paraje maravilloso.
Igreja Paroquial de Válega, Ovar
Algunas personas llaman a esta Iglesia Igreja de Nossa Senhora do Amparo. En el exterior hay un hermoso azulejo de colores que decora y cuenta diferentes historias al mismo tiempo. Ángeles y otras figuras sagradas fueron pintados los azulejos que no se colocaron en la iglesia hasta 1942 y fueron realizados en la Fábrica Lusitânia, en Lisboa, por Jorge Colaço.
Igreja Matriz de Santa Marinha de Cortegaça, Ovar
En el mismo concejo que la Igreja Paroquial de Válega, esta iglesia es igualmente bella, pero tiene algunas diferencias. La Igreja Matriz de Santa Marinha de Cortegaça tiene en todas sus fachadas azulejos azules que se pusieron en el edificio entre 1921 y 1923. La iglesia tiene dos torres con campanas y no se sabe con exactitud cuándo se construyó, ya que no se registran documentos relativos a la construcción. Se estima que fue construida en el siglo XII.
Monasteiro de Santa Cruz, Coimbra
Situado en el centro de la ciudad de los estudiantes, el edificio que comenzó a construirse en 1131 ha estado hasta el siglo XIX en obras, porque los reyes siempre intentaban añadir algo nuevo al edificio. El edificio dejará sin aliento a los visitantes por su grandiosidad. Además, el primer rey de Portugal, D. Afonso Henriques, está enterrado en esta iglesia. Igreja de Santa Cruz
La Iglesia de Santa Cruz fue erigida en la primera mitad del siglo XIX.El corazón de la iglesia románica es un altar inusual sin estatua y dos tumbas asombrosas de los primeros gobernantes de Portugal: Alfonso I el Conquistador y Sancho I. El edificio del siglo XVI fue completamente restaurado por orden del rey Manuel I. En 2003 se le otorgó la categoría de Panteón Nacional.
Los azulejos azules son un rasgo característico de la iglesia. Estas decoraciones se ven muy hermosas desde la distancia, pero en realidad están tan mal hechas que la planta de cerámica que las produjo se negó a dar su nombre. Los azulejos dañados a menudo se reemplazaban por otros, no necesariamente coincidiendo con el resto.
El interior del templo está decorado con un enorme órgano con fantásticas obras de arte japonesas. El instrumento consta de 4.000 tubos y solo cuatro personas en el mundo pueden tocarlo.
Basílica Bom Jesus do Monte, Braga
Este lugar está compuesto por una iglesia de estilo neoclásico que se alza en lo alto de una frondosa colina desde la que se pueden observar hermosos atardeceres sobre la ciudad; pero su mayor atractivo, y la razón principal por la que es tan visitado es por la impresionante escalinata barroca, de 100 metros de longitud, conocida como Escada do Bom Jesús. La iglesia fue erigida en la segunda mitad del siglo XVIII. También se puede llegar a la iglesia en el teleférico del siglo XIX, que es la estructura más antigua de este tipo en la Península Ibérica.
Igreja Matriz de Sao Bento, Ribeira Brava
Una iglesia del siglo XVI en el sitio de una capilla anterior dedicada a la Madre de Dios. Elementos barrocos, manuelinos y manieristas se mezclan en su forma y decoración. El interior está decorado con pinturas de origen flamenco y ricas decoraciones escultóricas. También puedes ver artesanías hechas de oro y plata.
Santuário de Nossa Senhora da Nazaré, Nazaré
El Santuario de Nuestra Señora de Nazaré se encuentra en la parte alta de la ciudad. Se levanta sobre una gran plaza que puede acoger a miles de peregrinos que se acercan aquí durante las fiestas. La iglesia de hoy es un edificio erigido en el siglo XVII. La fachada monumental de dos torres se completó en el siglo siguiente. Los fieles rinden homenaje a la estatua de la Virgen María, que fue traída aquí en el siglo VIII. También hay una gruta en el área donde se guardaba la estatua en el pasado.
¿Impresionante verdad? Y esto es sólo una pequeñísima parte de toda la belleza que podemos visitar en el país vecino.