La Basílica de Santa María la Mayor, conocida en italiano como Basilica di Santa Maria Maggiore es una verdadera joya, rica en bellezas de valor incalculable, una de las cuatro basílicas papales de Roma. Desde hace dieciséis siglos se eleva sobre una de las colinas de la ciudad de Roma. Se encuentra en la parte superior del Cispio, una de las tres cimas de la colina del Esquilino. y es la única que ha conservado la primitiva estructura cristiana de los orígenes, aunque enriquecida con añadiduras posteriores.
La Iglesia de Santa María Mayor se conoce también como basílica liberiana. Una antigua tradición la relaciona con el Papa Liberio.
La leyenda de la Basílica de Santa María la Mayor
La leyenda nos cuenta que el rico patricio romano Giovanni y su esposa, al no tener hijos, decidieron dedicar una iglesia a la Virgen María, que se les apareció en un sueño una noche en agosto de 352 d.C.
En el sueño, Nuestra Señora les informó que un milagro les indicaría el lugar donde construir la iglesia.
El Papa Liberio también tuvo el mismo sueño y, al día siguiente, yendo al Esquilino, en medio de caluroso verano romano, lo encontró cubierto de nieve. El Papa mismo trazó el perímetro del edificio y la iglesia fue construida a expensas de los dos cónyuges.
Todavía hoy, cada año, el 5 de agosto, el milagro de la nieve se conmemora con una celebración especial durante la cual, desde la parte superior de la basílica, se lanzan pétalos blancos al aire que producen el efecto de la nieva, algo realmente sugerente inolvidable.
La Basílica de Santa María la Mayor en la actualidad
La actual basílica de Santa María Mayor fue erigida un siglo más tarde por el Papa Sixto III en honor de la proclamación de María como Theotókos – Madre de Dios – por el Concilio de Éfeso en el año 431 d.C. Fue construida entre el 432 y el 440. El mismo papa encargó los 42 paneles que representan escenas bíblicas y que aún adornan la nave central y el arco de triunfo.
La basílica fue ampliada en el siglo XIII por papa Nicolás IV. Este papa reconstruyó el ábside ampliándolo hacia atrás y adornándolo con mosaicos. También encargó una nueva fachada con mosaicos realizados por Filippo Risuti. Otros cambios se produjeron entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. Los papas Sixto V y Paulo V construyeron las dos capillas laterales, llamadas Sixtina y Paulina. También realizaron el palacio a la derecha de la fachada.
La fachada actual fue encargada al arquitecto florentino Ferdinando Fuga por Benedicto XIV en 1743. Es uno de los mejores ejemplos del llamado barroco romano.
El campanario de estilo románico tiene 75 metros y es el más alto de Roma. Su construcción se inició bajo Gregorio XI en 1370, a su regreso a Roma desde Aviñón. Fue concluido casi un siglo más tarde gracias a la financiación del cardenal de Estouteville.
El interior de la iglesia es abrumador por su inmensidad, por el esplendor de sus mármoles y la riqueza de la decoración. El efecto monumental y grandioso se debe principalmente a la forma de la estructura, construida de acuerdo con los cánones del ritmo elegante de Vitruvio. La basílica de Santa María Mayor mide 85 metros de largo. Está dividida en tres naves gracias a dos filas de 42 preciosas columnas con capiteles jónicos. Sobre las columnas se asienta un artístico entablamento, interrumpido cerca del ábside. En estos puntos se crearon dos arcos erigidos para la construcción de las capillas Sixtina y Paulina. Pero el gran tesoro de Santa María Mayor son los mosaicos paleocristianos del siglo V. El principal se encuentra en el Arco de triunfo, y contiene escenas de la vida de la Virgen y de Cristo niño. También son de época romana los 27 pequeños paneles bajo las ventanas de la nave central, con escenas del Antiguo Testamento.
En la basílica se encuentra también el primer belén inanimado de la historia, el Nacimiento de Arnolfo di Cambio, un brillante artista toscano y conocido escultor que se perfeccionó en el taller de Nicola Pisano.
¡Una visita imprescindible si visitan la Ciudad eterna!